Siguiendo con el mundo del Aceite de Oliva e investigando sobre la familia Alvear hemos conocido que la primera prensa hidráulica traída a España fue importada por el montillano Diego de Alvear y Ward en 1833 desde Gran Bretaña.
Este empresario, de madre inglesa, y perteneciente a una importante familia exportadora de vinos, comprobó las bondades de la prensa que era utilizada en el extranjero para prensar fardos de algodón, heno u otros productos y decidió adquirir una prensa hidráulica para su molino de aceite.
La máquina fue construida en Manchester y, tras un accidentado viaje, se transportó a Londres para pasar posteriormente a Menorca (que había sido colonia británica) y de allí, vía Málaga, quedaría instalada definitivamente en su finca "El Carril", en Montilla (Córdoba). Es probable que el procedimiento seguido para la exportación no debió de ser “reglamentario”, pues el mismo Alvear declaraba sólo un año más tarde que había “olvidado” el nombre del constructor y la documentación de la maquinaría se había “extraviado”.
Las ventajas de la prensa hidráulica respecto al resto de prensas era de 5 a 15 veces más que las prensas antiguas por lo que el ahorro de mano de obra y tiempo era notable; el aceite podía ser obtenido con mejor calidad al reducir los almacenamientos del fruto; finalmente, la mayor presión de esta máquina elevaba notablemente el rendimiento de la aceituna.
Sin embargo, la prensa hidráulica tardó aún muchos años en difundirse. Se puede confirmar que 45 años después de la instalación de la primera prensa hidráulica, siguen siendo mayoritariamente las prensas antiguas las usadas en nuestra incipiente industria oleícola. Según estos datos de la Universidad de Córdoba, las provincias de Granada, Murcia, Sevilla, Córdoba, Toledo y Valencia estarían entre las primeras en ir incorporando masivamente las prensas hidráulicas –accionadas o no por vapor– a la extracción del aceite.
Fuente: ESTUDIOS REGIONALES Nº 52 (1998), PP 15-50 - Universidad de Córdoba.
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